Día de muertos sudcaliforniano: Una tradición sempiterna
Epónimo
26 oct 2022
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Todo comienza con la existencia de los “guamas” , “jusiyá” o “hechiceros”, dominaban la vida social de la comunidad, dentro de los grupos indígenas sudcalifornianos, estos eran: Cochimí, guaycura y pericú; Se ocupaban ordinariamente de la medicina yd e dirigir las fiestas y celebraciones, pero no asumían el puesto de autoridad, propiamente dicho.
Durante las festividades podían resultar riñas, o pleitos a muerte delante de todos los presentes del grupo, sin que nadie se preocupará por intervenir o mediar la situación.
No se puede decir que los indígenas de California tuvieran una religión, propiamente dicha o analizada, sin embargo, en la ausencia de la religión (llega en el siglo XVII con los misioneros jesuitas), todos los grupos étnicos, tenían, a su modo, alguna noción del origen del hombre, de la tierra y el universo. Estas ideas cosmogónicas eran ingeniosas, algunas de ellas desconcertaron a los europeos.
Ahora los “chamanes” eran llamados así, a cierto tipo de prospecto del “ser”, que en determinada etapa y desarrollo de la colectividad humana, se consideró como el precursor del “sacerdote”, en términos antropológicos. El chamán, era un individuo son autoridad oficial pero con gran influencia personal dentro de la comunidad. Su “supuesto” poder, le llega directamente de los espíritus como un don o un privilegio, el mismo crea una relación con el mundo natural o con algunos de sus miembros destacados.
Las palabras “hechiero”, “doctor” y “prestidigitador”, son palabras que dotaban al chamán. Su presencia mágica, fue un obstáculo para la futura evangelización, el dominico Luisales lo describe así:
“En sus extravagancias de los indígenas, tenían a unos viejos llamados “guamas” y otros “Jusiyaes”, que vale lo mismo que hechicero, algunos misioneros fueron persuadidos de que estos eran sus sacerdotes”.
Manifiestan los hechiceros su autoridad en fiestas públicas, bailes, celebraciones y las exequias de los difuntos. En las ceremonias fúnebres, la guama, toma la decisión de quemar al difunto, sin necesidad de hacer pruebas. Simplemente porque su palabra vale.
Algo muy curioso dentro de los pasos fúnebres sudcalifornianos es que en los parajes de Colecha y Jaguamina : Pasados algunos días del fallecido, se juntan todos los habitantes para la fiesta, el cuál son convocados por el chamán; porque el difunto quiere comer con ellos, los invitados vestidos (pintados) de carbón y amarillo, hacen un circulo y el viejo chaman se pone en medio del círculo, tenido debajo del brazo una estera de juncos donde esconde la capa fluvial de la fiesta, en un palo tiene colgada la cabellera del difunto, el viejo impone silencio, mientras se pone la capa, haciendo señas a todos que ya viene el difunto, pero los invitados no lo ven llegar, pero lo creen y el chaman les enseña el palo con la cabellera del difunto, haciendo señal que ha llegado. Los indios pericú, gritan y azotan el suelo, el viejo hace preguntas a la cabellera que el mismo responde.
Los parientes de difunto empiezan a llorar, esta nostalgia dura toda la noche y al amanecer buscan a dos viejas lloronas que se ponen en unos peñascos, cada una por un rumbo y hacen unos cuentos clamoreos tan tristes, hecho esto el guaman, sale de la festividad, porque el difunto quiere irse pero que sea ver sus talentos, bailan todos, excepto los parientes, todos en señal de luto se cortan los cabellos.
Concluido el baile, el guama dice que el fiando, ya se va y que esta satisfecho, pero necesitas semillas y frutas para su viaje, el viejo toma los frutos y se va a su casa, toma un pífano, ahora si el difunto ya se va, pero les avisa que rejunten más frutas, porque seguramente volverá, hace un gesto, corre con la cabellera del muerto en la mano y los parientes creen que el familiar se retira a su casa, avisado a los demás que no lo molesten, que va también con el finado.
¿Qué te ha parecido este fragmento de los rituales funerarios en Baja California Sur?
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