El curioso detalle del reloj josefino
- Epónimo
- 23 ene 2024
- 4 Min. de lectura
Esta investigación, me llevo mucho tiempo de escribir, no fue de semanas, sino de meses, porque hay muy poca información documental, referencia oral es casi nula, pero la necesidad de responder una pregunta, es mucho más fuerte y no deseo quedarme con la duda y lo que encontré se los quiero compartir.

Este texto, trata del reloj del palacio municipal de San José del Cabo, ya que, si prestas atención en la numeración, hay un número que, sutilmente, pasa desapercibido, es el número “4”, ojo, a simple vista, ves números romanos, si haces un conteo del 1 al 4, el “4” en número romano se escribe IV, pero si te fijas bien, está plasmado así “llll”, son cuatro palitos, parece un error, ¿verdad?, pero no lo es, fue hecho así, a propósito.
Esta numeración se le llama “numeración etrusca”, usados por los antiguos etruscos o tirrenos, quienes fueron un pueblo de antigüedad en la Toscana (Italia); esta sociedad perduró hasta que fue asimilada por la sociedad romana a finales del IV A.C., como resultado de las guerras romano-etruscas, la ciudadanía romana creció y en el 27 A.C. el territorio de los etruscos se incorporó al recién creado imperio romano.
Su numeración fue adoptado de los números áticos (sistema de numeración más antiguo que usa el alfabeto griego), usados por los antiguos griegos y sirvieron de inspiración para los números romanos, y antes de que los romanos transformaran este sistema, el número cuatro se escribía así: IIII.
“Volviendo a la herencia romana de los números, parece que los numerales etruscos venían de muescas, marcas o rayas que se tallaban en varas y huesos para llevar las cuentas de los rebaños por los pastores. En la numeración etrusca, cada marca simple era una raya I, cada quinta muesca se representaba con una doble muesca ⋀ y cada décima muesca era un tache -X-: IIIIΛIIIIXIIIIΛIIIIXII…. Esto dio origen a un sistema aditivo: un ocho sobre una vara de cuentas eran ocho marcas –IIIIΛIII- que se pudieron abreviar en ΛIII, ya que la existencia de Λ implicaba las cuatro muescas anteriores. Un dieciocho era IIIIΛIIIIXIIIIΛIII, lo que se podía abreviar con X para las 10 primeras, y así era XΛIII”.
Así, los etruscos para sus numerales utilizaron letras de su alfabeto I, Λ, X, Ψ, 8 y ⊕ para representar 1, 5, 10, 50, 100, y 1.000.

“Los romanos tomaron letras parecidas a los símbolos etruscos para representar los valores de los numerales. Así, para I y X cogieron las letras I y X; para Λ lo invirtieron y cogieron su V; el símbolo Ψ no era uniforme en etrusco y evolucionó en diversas variantes: Ψ → ᗐ → ⊥ y de esta última variación los romanos cogieron la mitad del símbolo que se convirtió en L al ser la letra más parecida. Para 100 y 1,000, que no tenían similares en su alfabeto, tomaron las iniciales de los nombres en latín correspondientes a esos valores, centum, C, y milia, M. El 500 lo crearon desde un símbolo especial etrusco del mil, Φ, y de la partición de ese símbolo, cogieron la D para representar su mitad, 500”.
El sistema ADITIVO ETRUSCO evolucionó en Roma al SUSTRACTIVO ROMANO, en el que un signo de un valor menor delante de uno mayor, restaba en lugar de sumar, lo que permitía acortar la escritura de números grandes y facilitar la lectura, ya que la lectura de más de 3 letras iguales seguidas, daba lugar a errores. Así resulta más sencillo y económico escribir y leer IX que VIIII.
Por ejemplo, el 4 en la numeración etrusca se representaba como IIII (1+1+1+1), en la numeración romana se representó como IV.

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